Si eres una persona curiosa como yo, me imagino que siempre estarás aprendiendo o metiendo la nariz en mil sitios para aprender cosas nuevas.
Llevo más de un año formándome como Facilitador Dialógico en un modelo de trabajo que viene de Finlandia.
Es curioso lo que pasa en ese país, porque algo aparentemente simple, se estructura y se aplica. Todo ello avalado con evidencia.
Esa simplicidad, es importante porque es una forma de ver la vida muy accesible y sostenible. Es un modo de trabajo en red basado en la comunidad.
Imagina que tienes un problema, por ejemplo, de salud. Imagina que todas las personas que podrían atenderte y ayudarte, incluyendo profesionales, familiares, amigos, etc. se reunieran alrededor tuya y tu pudieras expresar lo que necesitas. Todo el mundo escucharía eso y haría un plan para poder lograr que esas necesidades se cubran.
Imagina otra cosa: que puedes conversar con una persona, que te escucha exactamente lo que dices, no lo que cree que dices, o lo que supone que debieras decir. Y al contestarte, pone otro tema que complementa el tuyo y lo enriquece.
Así, dialogando, construimos juntos una nueva conversación, uniendo las dos aportaciones, podemos encontrar nuevas soluciones. Es un pensar conjunto, caben dos perspectivas diferentes y el resultado es algo nuevo
¿A que es simple?
Pues es francamente potente e interesante aplicarlo en grupos humanos donde nos relacionamos con algún interés o necesidad, ya que democratiza las relaciones.
–Cuénteme algo más sobre lo que está pensando.
–Creo que no me siento bien teniendo que hablar de mis cosas delante de otras personas, no me termino de fiar, siento que hablan de mi como si no tuviese ninguna opinión.
–Puede si quiere, seguir comentando alguna cosa más sobre esa idea.
–Quizá es que no estoy acostumbrado a que me pidan opinión sobre mi vida, normalmente la gente me da consejos sobre lo que debería hacer o incluso pensar.
–Tomaré en cuenta que usted dice que no está acostumbrado a que le pidan opinión, que le suelen decir lo que tiene que hacer o pensar.
–Eso es, sí.
–Ok, precisamente en esta forma de diálogo, lo que se pretende es tener muy en cuenta su punto de vista, si se fija, todas las personas han tenido el mismo tiempo exactamente para hablar. Además, otra persona ha venido anotando lo más literalmente posible, lo que se ha hablado en la reunión.
–Me he fijado en ello, he notado que, aunque me ha sobrado tiempo hablando, ese tiempo que he estado en silencio, me ha permitido seguir elaborando mi pensamiento y también escuchar mejor a los demás. No ha habido discusiones. Creo que mi idea se ha completado bastante con la opinión del resto.
–¿Cree entonces que se ha tenido en cuenta su preocupación?
–Creo que sí, entiendo que resolverla del todo llevará trabajo, pero me he sentido escuchado y creo que menos juzgado que en otras ocasiones.
–Me ha parecido así también, a la hora de hablar respetando los turnos, la gente estaba más centrada en su preocupación. ¿Ha notado que ha ido cambiando su idea previa?
–Pues, creo que sí, al escuchar a otras personas, mi forma de pensar se ha enriquecido.
Este es un ejemplo de una conversación dialógica, en la que se parte de la preocupación de la persona. Así mismo, luego se complementa con otras visiones. Las personas que dialogan lo hacen desde una posición respetuosa.
En resumen:
- El ED (enfoque dialógico) permite diálogos respetuosos
- Es un diálogo constructivo, es un pensamiento conjunto
- Está pensado en la familia, cliente, usuario u organización (empresas, colectivos, etc..)
- Fomenta redes de apoyo horizontales y democráticas
- Implica y corresponsabiliza a todos en abordar las preocupaciones y las soluciones